TODA CLASE DE FLORES
Hace muchos años vivían en una casita en el bosque una pareja de campesinos con sus dos hijos pequeños. Aunque tenían poco dinero eran muy felices.
Pasaron los años y los hijos se iban haciendo mayores y como eran muy felices viviendo con sus padres no querían abandonar su hogar. Sus padres sabían que no podían estar toda su vida viviendo en el bosque, que debían salir a descubrir otros lugares del mundo. Sin embargo, sus hijos no querían abandonar esa casita donde habían vivido desde que nacieron.
La pareja de campesinos idearon un plan: le dijeron a sus hijos que por cada día que pasaran en esa casa a ellos les quedaría un día menos de vida. Los hijos no tuvieron más remedio que abandonar su hogar ya que no deseaban que sus padres vivieran un día menos. Antes de marcharse les dijeron a sus padres que a final de cada mes recibirían una flor en señal de que estaban bien y se acordaban mucho de ellos. Después de esto, los hijos se marcharon del bosque.
Los dos jóvenes recorrieron muchos lugares del mundo y siempre que podían intentaban ganarse algo de dinero. Y, por supuesto, a final de cada mes no se olvidaban de mandarles una flor a sus queridos padres.
Un día de verano, mientras paseaban por unos jardines, conocieron a dos chicas muy hermosas y enseguida se hicieron muy amigos. Las dos chicas eran hermanas y pertenecían a la nobleza. Vivían en una casa muy grande con sus padres. Los dos campesinos les contaron que venían de una familia noble pero que habían decidido salir a recorrer mundo. Los jóvenes campesinos se quedaron a vivir con esa familia y poco a poco se fueron enamorando de las dos chicas tan hermosas pero sabían que ellas nunca se enamorarían de dos campesinos a pesar de que ellas creyeran que eran nobles.
Los dos campesinos lo único que podían ofrecerlas era toda clase de flores que existían. De tal forma que cada noche les dejaban una flor en su habitación sin que ellas de dieran cuenta. Ellas a la mañana siguiente les preguntaron a los dos hermanos si ellos tenían algo que ver y las dijeron que ellos no sabían nada de nada. Todas las mañanas las chicas les preguntaban lo mismo a los dos hermanos y ellos siempre decían que no tenían nada que ver.
Así pasaron los meses hasta que un día las dos chicas tan hermosas ya tenían toda clase de flores que podían existir. Como los dos campesinos ya no tenían más flores que dejarlas en su habitación, decidieron marcharse. Las dos muchachas sabían que eran ellos los que dejaban las flores cada noche por lo que antes de que los dos campesinos se marcharan de su casa les dijeron que ellas también estaban muy enamoradas de ellos y que no les importaba de qué clase social fueran.
A los pocos días se celebraron las bodas de los dos campesinos con sus respectivos amores. Y, por supuesto, a esa boda asistieron los padres de los dos hermanos rodeados de toda clase de flores.
1 comentarios:
Publicar un comentario